jueves, 30 de junio de 2016

Monasterio de Santa Cecilia de Roma


Visitamos hoy la Iglesia del Monasterio de Santa Cecilia de Roma, en memoria de los santos mártires de la urbe. La iglesia tiene una fachada construida el año 1725 por Ferdinando Fuga, la cual incluye un patio decorado con antiguos mosaicos, columnas y un cántaro. También incluye el escudo de armas y la dedicatoria del cardenal titular que financió la construcción de la fachada, Francesco Acquaviva d'Aragona.

Entre los vestigios que permanecen del edificio del siglo XIII está un mosaico ubicado en el coro de los monjes que representa el juicio final (1289-1293), basado en los diseños de Pietro Cavallini, y en el presbiterio se ubica el ciborio (1293) de Arnolfo di Cambio. El ciborio gótico está rodeado por cuatro columnas de mármol blanco y negro, decorados con estatuas de ángeles, santos, profetas y evangelistas. El ábside tiene restos de mosaicos del siglo IX que representan a varios santos.

El cielo de la Cappella dei Ponziani está decorado con Dios Padre con los evangelistas (1470) de Antonio del Massaro (Il Pastura). La Cappella delle Reliquie fue pintada por Luigi Vanvitelli, quien también decoró el retablo. La nave central está pintada con la Apoteosis de Santa Cecilia (1721) de Sebastiano Conca. La iglesia también aloja dos retablos más: Santas Valeria y Cecilia y la Decapitación de Santa Cecilia (1603).

Entre los trabajos más notables está el altar de Santa Cecilia (1600) del escultor post-renacentista Stefano Maderno. Según se cuenta, esta escultura fue modelada sobre el cuerpo de la santa, cuando se abrió su tumba en 1595. La estatua evidencia la decapitación, lo que ayuda a la identificación de la santa. Además demuestra la supuesta incorruptibilidad de su cuerpo (atributo de los santos), el cual, milagrosamente, aún conserva sangre después de siglos. La estatua podría ser concebida como proto-barroca, ya que representa un momento o una persona no idealizada, sino que muestra una escena teatralizada, una representación naturalista de una muerte, o de un santo moribundo. Esto es un acierto, ya que precede en varias décadas a las esculturas similares del alto-barroco de Gian Lorenzo Bernini (por ejemplo, su Beata Ludovica Albertoni) y de Melchiorre Cafà (Santa Rosa de Lima).

No hay comentarios:

Publicar un comentario