viernes, 26 de junio de 2015

Monasterio de San Pelayo de Antealtares


Celebramos hoy la confesión de la fe y el triunfo en la castidad del joven Pelayo, en la ciudad de Córdoba, bajo el dominio musulmán. Bajo su patrocinio se fundó uno de los monasterios benedictinos más antiguos de España, cuya vida han prolongado hasta nuestros días las monjas benedictinas. De su página WEB extraemos la historia de la comunidad.

Antealtares, originariamente monasterio de monjes bajo la advocación de San Pedro, fue el primer cenobio que tuvo Compostela. Su comunidad formó parte esencial desde la Alta Edad Media del núcleo devocional y cultural del “Locus Santi Jacobi” Surgió en el siglo IX por deseo de Alfonso II de Asturias, el Casto, cual hizo venir a doce monjes benedictinos para que custodiasen las reliquias del Apóstol. Su labor se centró en el cuidado del Altar del Apóstol, el servicio litúrgico y la atención de los primeros peregrinos. Entre sus abades figuran dos santos: Pedro de Mezonzo y Fagildo Hacia mediados del siglo XII, a lo que parece, San Pedro fue relevado como titular por Pelayo, el niño mártir gallego. 


A finales del siglo XV la vida monástica de Antealtares fue decayendo. Con la reforma de los Reyes Católicos San Pelayo desapareció como monasterio de monjes, pasando éstos a pertenecer a San Martín Pinario, situado éste también en Santiago de Compostela. Poco después, en 1499, Fray Rodrigo de Valencia, prior de San Benito de Valladolid y Reformador General, por mandato de los Reyes Católicos unió a todas las benedictinas gallegas (14 prioratos), y trajo de Castilla como abadesa a Dña. Beatriz de Acuña y a un grupo de monjas observantes. De este modo se convirtió este monasterio en el centro de la reforma de los Monasterios femeninos de la Orden en Galicia. Se confirmó la fundación y dotación mediante bulas papales de Inocencio VIII y Alejandro VI y la autoridad del Capítulo General de la Congregación de Valladolid el día 23 de julio de 1499. 


Somos una comunidad de monjas benedictinas o, lo que es lo mismo, un grupo de mujeres consagradas a Dios en el seno de la Iglesia Católica que tienen como norma de vida el Evangelio según la Regla de san Benito, la cual contiene unos principios firmes basados en la Palabra de Dios, un programa de vida espiritual, unas normas para estructurar un monasterio y una comunidad. Los medios que San Benito nos ofrece para llevar a cabo este proyecto son: La Regla como norma de vida, la Comunidad como lugar teológico de la presencia de Cristo en medio de las hermanas, y la Abadesa como servidora y animadora de vida fraterna.

En la actualidad somos 33 Hermanas herederas de una larga historia y herencia. Más de quinientos años después de nuestra fundación en el corazón de Compostela, las seguidoras del Santo de Nursia continuamos en Antealtares como única presencia monástica, pero en continuidad, de aquellas otras de la Orden que tuvo la ciudad de Santiago desde sus mismos orígenes a principios del siglo IX.


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