miércoles, 6 de mayo de 2015

Speculum Caritatis. ¡Oh eterna, verdadera y amada Trinidad!

14.- Pagada ya la deuda a la que estaba sujeta la naturaleza humana por el Mediador entre Dios y nosotros, Cristo Jesús hombre; rota la cédula con que nos tenía amarrados la dura soberbia del antiguo enemigo; despojados enteramente los principados y potestades, a los cuales nos había sometido la divina justicia; aplacado, finalmente, el Padre Dios por aquel singular sacrifico en la Cruz, vienen así a repararse la memoria por el documento de la Sagrada Escritura, el entendimiento por el sacramento de la fe y el amor por el incremento cotidiano de la caridad.

La renovación de la imagen sería perfecta si el olvido no alterase la memoria, si ningún error oscureciese el entendimiento y si ninguna concupiscencia se opusiese al amor. Pero, ¿dónde y cuándo ocurrirá esto? Esta paz, esta tranquilidad, esta felicidad, se esperan en la Patria donde no hay lugar al olvido para los que viven en la Eternidad, ninguna filtración de error para los que gozan de la Verdad y ningún impulso de pasión para los absortos en la divina Caridad.

¡Oh eterna y verdadera Caridad! Oh verdadera y amada Eternidad! ¡Oh amada y eterna Verdad! ¡Oh eterna, verdadera y amada Trinidad! Aquí está el descanso, aquí la paz, aquí la feliz tranquilidad, aquí la tranquila felicidad y aquí el gozo feliz y tranquilo.

Elredo de Rieval
El Espejo de la Caridad

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