sábado, 24 de enero de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo


66.- De la belleza Monje, san Basilio dejó escrito que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, lo honró con el conocimiento de sí mismo, lo dotó de razón por encima de los demás seres vivos, le otorgó poder gozar de la increíble belleza del paraíso y lo constituyó, finalmente, rey de toda la creación. El hombre, pues, quedó ordenado para la belleza; el pecado, por el contrario, implicó la deformidad de aquella originaria belleza, a imagen de la cual fuimos creados. De hecho, dicha imagen fue restaurada por Jesucristo, el más bello de los hijos de los hombres. La belleza de su existencia nos condujo a Dios: intenta, pues, que la tuya también se asemeje a la belleza que de Dios procede.

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