domingo, 11 de enero de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo

Maestro de Miraflores. Bautismo de Cristo

64.- Cristo se bautiza. Monje, al aparecer Cristo en el mundo, quedó éste tan embellecido con la gloria de su divinidad, que lo que antes era efímero, disgregado y ordinario, quedó revestido de eternidad, de unidad y de belleza. Hizo suyo el pecado del mundo y acabó con el enemigo del mundo. Terminó con la disgregación que provocó la soberbio y nos unificó en el amor. Las aguas no le lavaron del pecado, fue él quien confirió a las aguas el poder de vivificar a toda criatura, con la fuerza del Espíritu Santo. Se humilló hasta el extremo de ser contado entre los pecadores, para que tú puedas ser contado entre los justos. Monje, te ha dejado el Espíritu Santo, que te santifica y te vivifica: que tu existencia sea un continuo canto de alabanza a tanta bondad.

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